Sacerdotes mayas están
iniciando ceremonias diseñadas para marcar el fin de la era actual en el
calendario maya, con bailes, incienso y rituales diseñados para agradecer a los
dioses.
Mayas realizaron la
ceremonia de “fuego nuevo” el jueves en un parque de la ciudad de México, pero
se quejaron de que las autoridades les prohíben realizar rituales en sus
templos ancestrales en la región maya.
Francisco de Anda, director
de Prensa del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el cual supervisa
los sitios arqueológicos en México, dijo que hay dos razones para la
prohibición de ceremonias. “Un poco lo hacemos por la seguridad de los
visitantes, y para la conservación, particularmente en las fechas en que la
visita sea masiva”.
Los mayas miden el tiempo en
períodos de 394 años conocidos como baktuns. El 13er baktun termina alrededor
del 21 de diciembre, y el número 13 es sagrado para los mayas.
Los aproximadamente 800.000
mayas sobrevivientes en México esperan un mejor baktun que el que está
terminando, el cual comenzó alrededor del año 1618 e incluyó una dolorosa
secuela de la conquista española, la cual destruyó sistemáticamente templos y
escritos sagrados de los mayas y otros grupos nativos diezmando además su
población con enfermedades europeas y trabajo forzado.
Los
mayas sobrevivieron todo eso con su orgullo intacto.
“Simplemente se acaba una
era, una época para los mayas, en que hemos vivido intensamente, donde hemos
tenido penurias, donde hemos tenido dolores”, dijo el sacerdote maya José
Manrique Esquivel, de 52 años, quien agregó que están orando para que en el
nuevo baktun terminen las guerras, conflictos y el hambre.
“Queremos decir que no nos
conquistaron. Aquí estamos, vivos, estamos presentes. Está viva nuestra
cultura; nuestra lengua, nuestra comida, nuestra historia estén presentes”,
agregó Manrique.
El sacerdote, al igual que
la mayoría de arqueólogos y astrónomos, no cree que los mayas antiguos
pronosticaron el fin del mundo con el término del actual baktun.
A pesar del ambiente
generalmente festivo en la ceremonia del jueves, había cierto descontento
porque el gobierno no permitirá a sacerdotes y curanderos mayas realizar sus
ceremonias dentro de sitios arqueológicos como Chichen Itzá y Tulum en la península de Yucatán, que construyeron
sus ancestros.
“Muchos de los grupos que
pretenden llevar a cabo ceremonias llevan braseros y quieren quemar copal,
quemar incienso, y eso simplemente no está previsto en el protocolo de manejo
de los sitios”, señaló de Anda. “Por cuestiones de conservación está prohibido
subirse en alrededor de 80% de las estructuras en Chichen Itzá”.
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